09 febrero 2011

Mejorar el día a día de la vida de la gente.

Resulta interesante asistir a actos públicos relevantes en los que se habla de los logros y nuevos desafíos de la ciudad. Lo que se cuenta después difiere notablemente en función del “cristal con que se mira”. Por eso, antes de escribir esta nota, he dejado pasar un día para ver qué y cómo se ha reflejado lo que escuché el pasado lunes en el Centro Cívico Salvador Allende. Por lo visto, nada de lo que relato a continuación pareció relevante a los medios.
En la presentación del proyecto para la modificación del PGOU en los barrios de Las Fuentes y San José, el Alcalde sorprendió con algunos datos especialmente significativos. Se refirió inevitablemente a la profunda transformación urbana fruto de la Expo 2008 y su Plan de Acompañamiento, pero añadió: “no es en eso en lo que el Ayuntamiento ha hecho el mayor esfuerzo en este periodo, sino en varios cientos de obras pequeñas y medianas que hemos realizado para mejorar el día a día de la vida de la gente”.
A continuación puso algunos ejemplos irrefutables: Seis de las once escuelas infantiles existentes, seis nuevos centros cívicos y cinco completamente renovados, renovación de la mayor parte de las calles del Casco Histórico, 60 millones de euros invertidos en arreglar calles, plazas, pabellones, bibliotecas, etc, de los barrios rurales, conclusión y puesta en operación de abastecimiento de la ciudad con agua de calidad del Pirineo,…
Continuó indicando que por cada euro de los 333 millones invertidos en las obras asociadas a la Expo 2008 (Parque del Agua, Riberas…), el ayuntamiento ha invertido dos veces y media más en los barrios. Desde 2004 la inversión real en el resto de la ciudad ha sido de 116 millones anuales. Para que tengamos un término de comparación: un 65 % más que lo que se invertía cada año en la etapa anterior.
Los informes del Tribunal de Cuentas, los estudios de Fundear y del Consejo Económico y Social corroboran estas cifras. Algunos no los creerán, otros aun sabiéndolo dirán lo contrario a la gente intentando confundirla, pero los datos son claros, ciertos y públicos. Sin un análisis certero de la realidad es difícil evaluar los logros y proyectar el futuro.
No solo las informaciones sesgadas, también las omisiones son un pecado en la comunicación.
Esto es lo que escuché en Zaragoza el lunes 7 de febrero de 2011 en el Centro Cívico Salvador Allende y no he visto reflejado. Pero se hablo de mucho más y especialmente de futuro.

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