31 marzo 2010

La sostenibilidad, el desafío creativo del s XXI

Cerrar los ciclos naturales para garantizar la renovación de los recursos.


Los avances tecnológicos del s XX crearon el espejismo de que por fin se podía dar cumplimiento al mito de dominar la Tierra. Pero junto con grandes logros, aparecieron los graves desequilibrios ecológicos y sociales derivados del despilfarro en la administración de los ciclos energéticos y la desigualdad en el acceso a los bienes de las sociedades contemporáneas. La patética debilidad de los ídolos gigantes con pies de barro tiene su manifestación en el cambio climático y ambiental o en las terribles catástrofes de carácter estrictamente antropogénico que azotan nuestro mundo.


Una vez más, el ser humano ha sido expulsado del mítico paraíso del ecosistema domesticado y debe enfrentarse al reto de intervenir en la creación de un mundo inacabado. Un reto lleno de incertidumbres en el que los problemas ecológicos alcanzan escala planetaria y en el que el valor del cambio se convierte en elemento estructurante del devenir humano. La incertidumbre es el desierto que atravesar en el siglo XXI y, frente a ella, la flexibilidad debe ser guía del pensamiento y de las actuaciones. Los logros tecnológicos sólo serán maná para una mínima parte de la humanidad si no van unidos a un fluir equitativo de la riqueza. Los procesos de concertación, a pesar de todas sus dificultades, deberán substituir a las confrontaciones bélicas, respuesta tan primitiva como ineficaz. No hay una meta, es un proceso iterativo que debe conducir a la solidaridad de las generaciones presentes con las futuras, es esa utopía o necesidad inalcanzada pero posible que llamamos sostenibilidad.
 
El fluir equitativo de la riqueza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario