Ayer estuve reunido con un grupo del que formo
parte. Todos de 50 para arriba, sólo dos mujeres -fantásticas, por
cierto-. Nos planteamos qué hacer, cómo aplicar lo que consideramos
criterios básicos para el funcionamiento de la sociedad, como adecuar
nuestras acciones bienintencionadas a este mundo convulso de escándalos,
atracos y pérdida de bienestar.
He dormido con la zozobra de estos pensami...entos.
Por la mañana me he acercado al río para ver amanecer y le he
preguntado por todo ésto. El río y los árboles de la ribera me han
respondido que para renovar nuestra sociedad es necesario que el grano
muera, la crisis (el cambio) forma parte del ciclo de la vida.
Necesitamos que la sociedad que hemos creado -el gran logro fracasado de
nuestra generación adulta- se renueve y para eso es necesario que
muera. Me preocuparía que el sistema político, sindical, empresarial,
financiero... que hemos creado y nos (des)gobierna no muriera. Nuestra
mentalidad ha de cambiar. Lo peor, lo más reaccionario, es pedir:
"Virgencica, virgencica que me quede como estoy".
No sabemos a
dónde dirigirnos, la incertidumbre es el desierto que tenemos de pasar
la sociedad contemporánea, nuestro desafío. Es preciso innovar, no valen
los moldes viejos... Toca ceder el paso a los jóvenes y apoyarlos, no
protegerlos ni tutelarlos manteniéndolos en una perpetua adolescencia.
Digo apoyarlos en sus decisiones. Juntos podemos y necesitamos crear
unas directrices y repensar los principios éticos sobre los que
construir nuevos presentes y... CAMINAR, NO PARAR, TRABAJAR, VIVIR!!!
01 marzo 2013
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