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Parques comestibles
Las crisis y carencias económicas son motores de ingenio, nos
ayudan a repensar y a actuar de manera más inteligente. Hace unos años
descubrimos que la ciudad daba la espalda al río y de dimos la vuelta.
Hoy las riberas del Ebro son el mejor espejo donde se refleja la calidad
ambiental, la buena gestión municipal y el civismo de los habitantes de
Zaragoza.
En esta fase de vacas flacas es muy difícil acometer
grandes proyectos con inversiones millonarias pero eso no quiere decir
que debamos permanecer hivernantes a la espera de tiempos mejores. Hoy
podemos afrontar nuevos desafíos que mejoren las condiciones de vida de
la ciudad y adelgacen los gastos municipales desarrollando grandes
proyectos de bajo coste económico.
Hemos comprobado cómo la ciudad
da la espalda al campo creando una orla de solares y parcelas
abandonadas donde se suma lo peor de la ciudad y lo peor del campo. Esta
banda degradada va a ser nuestro espacio de intervención para que la
ciudad incorpore los potenciales valores ambientales y culturales que
atesora en estos vacíos urbanos.
Así nos proponemos ahora incorporar
la vida rural al medio urbano. La agricultura urbana es un fenómeno en
auge en numerosas ciudades de Estados Unidos, Europa y, por supuesto,
España. Por ejemplo, la ciudad estadounidense de Denver cambia las
flores de los espacios públicos por el cultivo de verduras, que luego
recolecta y dona a los sin techo y en el barrio neoyorquino de Brooklyn
los vecinos que empiezan a cultivar en las azoteas de edificios. Los
alcaldes han descubierto un buen proyecto que además les permite ahorrar
dinero. En España, ciudades como Vitoria incorporan los huertos urbanos
a su cinturón verde formando un conjunto integrado con parques y
espacios naturales.
El proyecto Zaragoza Verde y Azul trabaja
precisamente en la creación de nuevos espacios verdes para la ciudad
apoyándose en las excepcionales condiciones disponibilidad de suelo, de
agua, de sol y de conocimiento del mundo agrícola. Ya no se trata de
incrementar la superficie verde con nuevos parques –de los que estamos
bien dotados- sino de incorporar huertos urbanos en los espacios
calificados como Espacio Verde o zona de protección de la huerta en el
PGOU.
Los huertos urbanos, flexiblemente regulados por normas
precisas, además de los bien conocidos beneficios ecológicos de las
masas vegetales, procuran un paisaje de calidad que funde naturaleza y
cultura, alimentos sanos y de temporada, ejercicio y ocio saludables...
Los huertos urbanos de Zaragoza sobre suelo público se sumarán a la red
de espacios verdes de la ciudad incorporando valores como la
agricultura ecológica, la cohesión social y la estética del paisaje.
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