28 diciembre 2011
Zaragoza verde y azul: las riberas del Ebro
ZARAGOZA VERDE Y AZUL
Exposición en el Centro Ambiental del Ebro
Hasta el 2 de febrero de 2012
Laborables de 18:00 a 20:00 h
Sábados y festivos de 12:00 a 14:00 h
Lunes cerrado
Plaza de Europa 1-3
Zaragoza
Sólo tomando referencias del punto de partida es posible darse cuenta de cuánto y cómo se ha transformado Zaragoza en la última década. Todo ello ha sido fruto de una estrategia pensada y de un esfuerzo extraordinario. Una malla verde y azul integrada por sistemas naturales y nuevos polos de centralidad urbana trama el plano de la ciudad.
Los cauces han dejado de ser barrera infranqueable y se han convertido en lugares accesibles y de encuentro, las riberas vacías en espacios llenos de actividad y de personas de toda clase y condición, los necesarios diques frente a las inundaciones en parques lineales. Los paisajes antes olvidados son hoy el espejo donde la ciudad se mira, se reconoce y se promociona.
Los corredores fluviales son actualmente espacios polivalentes que
facilitan la evacuación del agua en las crecidas,
conservan y potencian la vida natural,
procuran el acceso a la lámina de agua,
posibilitan los recorridos longitudinales y transversales,
son factores de revitalización de los procesos sociales y económicos
y son receptores de nuevos contenidos simbólicos y representativos de la ciudad.
Las riberas del Ebro.
El corredor del Ebro en Zaragoza, que tras décadas de abandono había perdido buena parte de sus funciones y estaba sometido a peligrosos procesos de deterioro ambiental, ha experimentado profundas modificaciones de renaturalización y reconstrucción del paisaje subrayando sus valores naturales y culturales.
Los parques lineales, paseos, andadores, senderos, carriles bici, pasarelas, quioscos, terrazas, balcones, miradores e intervenciones artísticas forman un sistema continuo e integrado que convierte el corredor del Ebro en el eje central de la ciudad.
Las Riberas del Ebro han dejado de ser un espacio vacío e inaccesible, inseguro y sucio. Ya no son la frontera y la barrera difícil de franquear. Son el lugar de encuentro donde la población disfruta con la naturaleza y los elementos simbólicos, tradicionales y nuevos, de la ciudad.
La exposición
La exposición invita a un recorrido por el tramo urbano del Ebro, desde Ranillas hasta la desembocadura del Gállego, con un guiño hasta La Alfranca. La mirada del fotógrafo se detiene en los aspectos más significativos de las operaciones realizadas: la vida natural de los sotos, la ampliación del cauce y retranqueo de las motas, las nuevas pasarelas y puentes, los parques lineales polifuncionales, los parques renovados, los nuevos equipamientos que añaden centralidad y procuran el acercamiento al río, las intervenciones artísticas que ponen acento a cada tramo, la lámina de agua que permite reconocer perspectivas inéditas de la ciudad … Se trata de operaciones de gran envergadura y en su conjunto resultado de las acciones estratégicas desarrolladas en los últimos años para la renovación de la imagen, estructura y dinamismo de la ciudad.
El río que ya no se percibe como peligro o amenaza, sino como próximo, amigo y hermoso. La ciudad, sus gentes y sus visitantes se acercan a él como espacio de representación y asiento de nuevos valores simbólicos.
Pero el proyecto no se detiene, Zaragoza Verde y Azul trata de responder a los nuevos desafíos, con el conocimiento y experiencia adquiridos, ajustándose a las exigencias del nuevo guión que dicta una sociedad más exigente, más austera, más crítica y más creativa. La finalidad última, el horizonte, es una ciudad con más calidad ambiental, más habitable y más atractiva.
Una nueva ciudad se vislumbra, más integrada, más compleja, con mayor capacidad de intercambio, más sostenible, entrenada para nuevos retos, orgullosa de si misma y de sus capacidades, sin complejos, sin determinismos fatales, intercultural y abierta. Es la metamorfosis azul y verde de Zaragoza.
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