Una ráfaga de rayos naranja me ha sacado temprano de casa,
desde el horizonte el sol rasante encendía los edificios sobre un cielo oscuro y dormido,
luego, sol arriba y nubes abajo, el día se ha vuelto llorón
y llueve un poco en Zaragoza.
El Ebro guarda silencio, sabe que sus depósitos blancos en la montaña están vacíos,
llora, callado, su estío de primavera.
Buenos días, desde mi café.
15 abril 2012
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