08 junio 2010

Ya sale el sol...

Los campesinos húngaros montan sus puestos en la feria de la flor del palacio Karolyi



Los fagotes, oboes, clarinetes, flautas y trompetas de la Elegía de Béla Bártok me han despertado. Soñaba en los bosques húngaros y los horticultores montando temprano sus puestos en el entorno del palacio Karolyi. La noche serena del paisaje húngaro se ha interrumpido por el ruido de los coches madrugadores que se dirigen al trabajo. Estoy de nuevo en Zaragoza. Ya es otro día.


Pronto saldrá el sol de mi vida, despeinado. Su vitalidad mañanera es espectacular. Comienza las clases a las 8:00 h. Tomará el ascensor con su mochila a la espalda y los bigotillos todavía blancos de leche. Hoy hace su último examen del curso.

Pero la educación no se detiene. Me preocupa crear hábitos saludables en su alimentación, introducir en su dieta abundantes y variadas verduras y frutas de temporada, de proximidad...

Me preocupa que su comportamiento sea cívico en el espacio público. Que sienta las calles, plazas y parques como una extensión de su casa. Que sienta las plantas como seres vivos que comparten nuestro paisaje.

Quiero que disfrute de un paisaje donde el aire sea limpio, donde no moleste el ruido, donde las flores y plantas marquen el paso de las estaciones. La calidad de estos espacios dirá mucho del buen gobierno de la ciudad y del civismo de sus habitantes.

Merece la pena trabajar en la educación de nuestros hijos.

Entiendo que la sostenibilidad, ese concepto sobado y prostituido por tantas marcas y discursos vacío, es pensar en el futuro, en la belleza y con amor. Así de sencillo. Así de verdad.

Ya sale el sol de mi vida.

2 comentarios:

  1. La educación... un paso lento pero seguro.

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  2. Sle el sol por la mañana, por la mañana saaaale el sol, por la tarde salen los mosquitos, y por la noche salgo yo!!

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