Con frecuencia se habla de la huerta sin demasiada precisión. Hoy queremos precisar un poco el concepto para así saber bien qué es lo que queremos y podemos hacer con nuestras huertas. Como punto de partida consideramos la huerta como un elemento patrimonial tanto natural como cultural.
Los rasgos más significativos de este agrosistema a las puertas de la ciudad y profundamente vinculado a ella, combinan la tierra llana y fértil, la fuerte insolación, las acequias, la rigurosa parcelación y el trabajo primoroso para formar un paisaje profundamente vivido. Una fusión de naturaleza y cultura que eleva este paisaje a las más altas cotas de la civilización mediterránea. Este lugar donde la diversidad ecológica se mezcla con valores estéticos y simbólicos del sustrato arcaico mediterráneo, constituye un patrimonio cultural, fuente de salud y bienestar social, que debe ser administrado como un recurso único e imposible de recrear.
El paisaje de la huerta es característico del arco mediterraneo que se extiende desde Sicilia a Andalucía, incluyendo Italia y el Sureste de Francia. En España destacan la Huerta de Valencia, el Delta del Llobregat en Barcelona y la Vega Baja del Segura en Murcia en Levante, y la Vega de Granada, la Campiña del Córdoba y las Riberas del Ebro en Logroño, Tudela de Navarra y Zaragoza en el interior peninsular.
En cualquier caso, la Huerta se identifica como:
- un espacio plano y abierto en el que la geomorfología determina la topografía, los flujos hídricos y la distribución de los suelos. La organización del territorio guarda estrechas relaciones con la disposición de las terrazas, abanicos aluviales y glacis que ocupan el fondo de los valles y las llanuras costeras.
-un espacio regado por canales y acequias que parten de presas o azudes instaladas en ríos por lo general modestos que no precisaron de grandes obras de ingeniería hidráulica. La red de distribución de agua, junto con la complementaria red de drenaje, influyen fuertemente en la estructura del parcelario. Su explotación está sometida a una reglamentación jurídica muy precisa, tradicionalmente aceptada y respetada. Le Tribunal de las Aguas de Valence es sin duda un exponente magnífico de las instituciones que desde hace muchos siglos se ocupan de la gestión del agua.
-un espacio consagrado al cultivo intensivo de hortalizas y algunos árboles aislado en una estructura de minifundio. consacré à la culture intensive des légumes complantée d'arbes isolés dans une structure de minifundio. Donde el clima es dulce y el trabajo constante se pueden sacar varias cosechas al año. En el sistema tradicional, la diversidad y complementariedad de los productos es muy elevada. La biodiversidad del agrosistema se incrementa con las comunidades vegetales y animales que encuentran cobijo en los canales y acequias de riego que en el paisaje tradicional cumplen la función de corredores biológicos.
-un espacio salpicado de construcciones dispersas (bastides, masías, alquerías, molinos, torres, casetas, barracas,...) y caseríos rurales.
-un espacio a las puertas de la ciudad. La huerta tradicional es un producto urbano, no se explica sin la ciudad con la que mantiene intensas relaciones recíprocas. Y aquí reside una de sus mayores amenazas de la Huerta, la proximidad frente al incontenido proceso de expansión urbana.
En la huerta se desarrollan procesos físicos, biológicos y culturales debidos al dinamismo espontáneo de las fuerzas de la naturaleza y, especialmente, a la importante intervención del ser humano.
Es una interfase física en la que entran en juego la atmósfera con los procesos característicos del clima mediterráneo, la litosfera y los procesos geomorfológicos presentes en las llanuras aluviales, la hidrosfera y los procesos hidrológicos asociados, la biosfera en condiciones de alta productividad y la dimensión física de la antroposfera, manifiesta en la antigua e intensa acción humana sobre este espacio. Es también una interfase cultural con procesos económicos y sociales muy compejos y diversos entre los habitantes del campo y de la ciudad que representan saberes, formas de lenguaje y costumbres diferentes. Y es una interfase entre los subsistemas natural y cultural que ha dejado una profunda y rica huella en el paisaje.
Muchas veces, los procesos de crecimiento urbano obedecen de forma desequilibrada a factores económicos que imponen su lógica sectorial a la propia ciudad y a su entorno de huertas. La simplificación de la interfase ciudad-huerta, introducida por la dictadura del sistema urbano altamente productivo sobre la huerta debilitada por el poder de los mercados agrícolas exteriores, conduce a la debilidad e inviabilidad económica del sistema huerta.
Para determinar la realidad compleja de la interfase huerta-ciudad e intervenir en ella de modo sostenible es necesario renovar el marco de reflexión teórica sobre el territorio. Se requieren mecanismos de pensamiento sistémico, mucho más complejos que los 'eficaces' y breves caminos lógico-causales que apenas contemplan más variables que las económicas y responden a objetivos predeterminados egocéntricos o antropocéntricos.
La huerta cobra enteramente su valor cuando se contemplan sus múltiples funciones ecológicas y culturales de modo integral. La dimensión económica, a pesar de su incuestionable importancia, no debe distorsionar la percepción de su realidad compleja ni prevalecer sobre conceptos fundamentales como la salud y el bienestar social a la hora de buscar soluciones a sus problemas.
El resultado de los largos procesos historicos sobre la huerta es algo más que unos terrenos productivos, es ante todo un paisaje cultural. A la historia documentada en los libros y archivos, hay que añadir la historia escrita en el paisaje: en el parcelario agrícola, en la red de caminos, sendas y acequias, en la constelación de núcleos de población, en el habla,... Esta historia está reservada a quien sepa leer el paisaje y sentarse a escuchar a los agricultores de la huerta. Un paisaje milenario en el que han dejado su impronta diferentes pueblos y culturas con sus formas propias de organización social y de poder, su capacidad tecnológica, sus cultivos, su arquitectura y sus lenguas diferentes.
10 enero 2011
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