Los valores estéticos y simbólicos hacen nuestras ciudades únicas e irrepetibles
Quien se sumerja en cualquiera de nuestras ciudades se encontrará con un laberinto de mitos -cristalización esencial de las relaciones entre el hombre las fuerzas naturales y el ambiente-, de sensaciones, de imágenes, de olores, de intuiciones, de presentimientos y de emociones difíciles de codificar y expresar pero que subyacen en el substrato arcáico de toda ciudad mediterránea. Nuestras ciudades tienen un profundo sentido estético y simbólico que debe tenerse en cuenta para no perder la herencia cultural que las hace únicas, tremendamente ricas e irrepetibles en el mundo.
Al tratar de factores intangibles como actitudes, creencias, esquemas culturales, valores simbólicos, estéticos, afectivos y de identidad, modos de vida,... no pueden aplicarse, casi nunca, en su análisis técnicas objetivas o cuantitativas y resultan difíciles de medir y comunicar de modo operativo. Sin embargo, como preconiza el Programa MaB de la UNESCO, son precisamente estas nociones las que hay que comprender mejor si se quiere una transformación, un verdadero cambio, que permita construir una ciudad apacible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario