15 marzo 2010

Zaragoza, un lugar para las conversaciones significativas

La conversación en la calle, un placer de Zaragoza.

La definición más afortunada de ciudad que conozco la he leído en La Ciudad en la Historia de Mumford, 1970: “lugar dedicado a ofrecer las mayores posibilidades de conversaciones significativas”.


La ciudad debe poseer la variedad y los modelos humanos necesarios para mantener la herencia de un modelo de organización y proporcionar abundante tiempo disponible, mucho tiempo libre no utilizado en consumos materialistas, disponible para la conversación, la pasión sexual, la reflexión intelectual y el gozo estético. La ciudad es la institución pública que posibilita estas funciones y no “una empresa comercial privada encaminada a garantizar un mayor flujo de terreno y un continuo aumento del valor del terreno (...) con la inexorable destrucción de los elementos naturales” y la creación del “desierto pavimentado”.
 
Un desafío que hunde sus raíces en lo mejor de nuestras tradiciones.

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