eL candidato Juan Alberto Belloch presenta por primera vez el proyecto de la Expo Zaragoza 2008 como motor de transformaciones urbanísticas y recuperación de las riberas del Ebro. 30 de abril de 1999
(Foto HA)
En las elecciones municipales de 1999 todos los partidos políticos plantean de una forma u otra la celebración de la efemérides del bicentenario de Los Sitios y el centenario de la Exposición Hispano-Francesa. El candidato socialista a la alcaldía de Zaragoza, el ex ministro Juan Alberto Belloch, se rodea de un nutrido grupo de agentes sociales y culturales de la ciudad a los que solicita colaboración para desarrollar un proyecto de ciudad acorde con los nuevos tiempos. Las iniciativas surgen en una tormenta de ideas con una inusitada fuerza alentadas por el entusiasmo del candidato que las ayuda a aflorar, las somete a discusión, las analiza, las jerarquiza y estructura en una estrategia de ciudad. Muy pronto se definen las líneas maestras de un proyecto que integra la recuperación de las riberas de los ríos en la ciudad, la celebración de una Exposición Internacional como motor de procesos urbanos y el desarrollo de los barrios buscando el equilibrio social.
En coherencia con la idea expresada en 2006, Jerónimo Blasco que coordina la campaña, aprovecha sus contactos con los responsables de los eventos de Barcelona (Juegos Olímpicos de 1992 y frustrada Exposición Internacional de 2004) y establece las primeras relaciones con el Bureau Internacional des Expositions (B.I.E.) con sede en Paris y verifica la viabilidad de una Exposición Internacional en Zaragoza en 2008. Mientras tanto, Pablo Rico y Carlos Miret presentan al candidato una primera propuesta de Exposición Internacional muy ligada a la celebración del bicentenario de Los Sitios con el tema “El renacimiento de las ciudades tras las catástrofes”.
En la oficina del candidato se reelabora y enriquece la propuesta con nuevas aportaciones de otros técnicos zaragozanos y se completa con el plan de actuación integral en el río Ebro. Bajo el lema “Ciudades para el s XXI” se platean dos temas centrales: el renacimiento de las ciudades y las ciudades y los ríos.
Así mismo se mantienen discusiones sobre el lugar más apropiado. Todos coinciden en la necesidad de potenciar el corredor del Ebro con nuevos equipamientos. Finalmente se impone la localización en el Meandro de Ranillas con el objetivo de crear un nuevo polo de centralidad urbana en la margen izquierda. Es la oportunidad de una intervención urbanística de gran calado sin dar la espalda al Ebro y orientando sus fachadas principales hacia el sol y al río.
La propuesta de celebrar una Exposición Internacional y recuperar las riberas del Ebro adquiere tal fuerza que flota sobre los avatares políticos. Juan Alberto Belloch llega a un pacto con la nueva alcaldesa Luisa Fernanda Rudi por el que ambos impulsarán la traída de agua del Pirineo y la Expo Internacional.
Tras los primeros contactos con el B.I.E. se define el tema “Agua y Desarrollo Sostenible de las ciudades” por su alto interés internacional y profunda significación cultural en la comunidad anfitriona. La Asociación Cultural para la Promoción de la ciudad de Zaragoza como sede de la Exposición Internacional del año 2008 jugará un decisivo papel en la búsqueda de consensos que culmina en la creación en julio de 2000 del Consorcio pro Expo Zaragoza 2008. El Consorcio nace en acto de generosidad política sin precedentes en Aragón que, sumado al creciente apoyo popular, se convertirá en la clave del éxito de la candidatura. El proyecto fue desde entonces y lo ha seguido siendo a lo largo de estos años un “proyecto de todos”: de todas las administraciones, de todos los partidos y de toda la ciudadanía.
Entretanto, por encargo del Ayuntamiento, un equipo multidisciplinar desarrolló el Anteproyecto de las Riberas del Ebro que se presenta en el año 2000. Quedan establecidos los criterios y las líneas directrices con las que se podrán emprender los proyectos de los diferentes tramos de ribera. Se trata de la regeneración paisajística y ambiental del tramo urbano del Ebro que comprende la protección hidráulica de toda la margen izquierda, la continuidad longitudinal y transversal de los paseos peatonales y ciclistas, la integración de los tramos urbanos adyacentes, el incremento de los usos de ocio, deporte (navegación) y cultura, así como la incorporación de nuevos frentes de edificación.
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