18 febrero 2010

LA METAMORFOSIS DE ZARAGOZA (1)

Valen más dos imágenes que mil palabras. El encuentro de la ciudad y el río es un hecho. El lugar abandonado y degradado se ha convertido en un lugar de encuentro y representación de la ciudad.

Sólo tomando referencias del punto de partida es posible darse cuenta de cuánto y cómo se han transformado las riberas del Ebro en los tres años previos a la inauguración de la Exposición Internacional Zaragoza 2008. El corredor del Ebro en Zaragoza que tras décadas de abandono había perdido buena parte de las funciones originarias del río y estaba sometido a peligrosos procesos de deterioro ambiental, ha experimentado profundas modificaciones. Zaragoza ha optado por un proyecto de riberas integrado por una serie de intervenciones urbanísticas, paisajísticas y medioambientales, respetuosas con la condición de corredor ecológico del río, pero también con la naturaleza eminentemente cultural de las riberas en un entorno urbano y periurbano. Se parte así de una concepción unitaria entre las visiones que tratan de la “renaturalización” y la “reconstrucción” del paisaje, un conjunto de intervenciones que apuntan al encuentro entre ciudad y naturaleza.

La ciudad asiste al "redescubrimiento" del río, a la vez que asume el reto de la innovación en un terreno francamente sorprendente, vinculado indisolublemente a riesgos muy considerables. Zaragoza ha entrado felizmente en el debate internacional de las ciudades que renuevan su waterfront. De ahí la exigencia de multiplicar las ocasiones para comparar, analizar y valorar las intervenciones ya efectuadas o proyectadas. Se comienza aquí una serie de notas con el objetivo de presentar un conjunto de intervenciones recientes que ha de madurar y ajustarse a las exigencias del nuevo guión que dicta una sociedad más exigente, más crítica y más creativa. La calidad de vida y la habitabilidad de nuestra ciudade requiere este empeño.
19962008

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