Los nuevos tranvías destacan por su capacidad de integración en el espacio público urbano. Los he visto en perfecta convivencia en zonas peatonales de los cascos históricos y aumentando la calidad de espacios periurbanos. Son cómodos, con amplias vistas, sin bruscos movimientos, están climatizados, las personas con movilidad reducida -cualquiera de nosotros con un carrito de bebé o una bicicleta- tienen perfecta accesibilidad. No son ruidosos. No emiten gases a la atmósfera urbana. No requieren bajar y subir escaleras y realizar recorridos subterráneos, están a pie de calle y sus paradas son más próximas que en otros medios
Tienen gran capacidad y pueden sustituir a varios autobuses y cientos de coches. Si los autobuses son sustituidos por el tranvía en el eje vertebral de la ciudad y dejamos los coches en el garaje, habrá mucho sitio para el tranvía y más para los peatones.
Foto: F. Pellicer
El tranvía, procurando un entorno accesible, revitaliza su entorno, mejora su calidad ambiental (menos ruido y menos emisiones) y paisajística. En consecuencia, aumenta su atractividad y capacidad de acoger actividades comerciales y de servicios. El tranvía, accesible, cómodo y limpio.
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