27 enero 2010

Principios ecológicos para Zaragoza. 8.- Conservación de la huerta como patrimonio ecológico y cultural.

Las nuevas funciones de los espacios rurales se basan de alguna forma en las privilegiadas condiciones ambientales que ofrecen frente a los espacios estrictamente urbanos. La huerta debe recuperar sus funciones: proporcionar alimentos frescos y de calidad que compitan en el mercado local, mantener la capacidad de producción para la sociedad del futuro y reducir la dependencia del exterior, contribuir al reciclado de los ecosistemas urbanos degradados, ofrecer paisaje de calidad, abierto y natural en contrapartida al cerrado, artificial y tenso de la ciudad y ser soporte de numerosas actividades recreativas, deportivas y educativas demandadas por la nueva sociedad urbana.


Usos actuales de la huerta de las Fuentes. Los tonos verdes corresponden a maíz, alfalfa y cereales. Las parcelas ocre corresponden a usos hortícolas. El amarillo pálido significa yermo y el rojo usos inadecuados. Fuente: Apodaca, P (2009). Geógrafo Universidad de Zaragoza.

La huerta de la Orla Este de Zaragoza ha desaparecido completamente entre el Gállego y los barrios del Picarral  y Vadorrey. En el sector de las Fuentes la producción de hortalizas es prácticamente testimonial. El suelo potencialmente de huerta se dedica a cultivos que requieren poca mano de obra y son compatibles con la dedicación a tiempo parcial. El maíz, la alfalfa y los cereales ocupan la mayor parte de la superficie proporcionando algunos recursos complementarios a la economía familiar de unos trabajadores que tienen como actividad principal la industria o los servicios. Los yermos abandonados ocupan ya una parte significativa del terreno.
La protección de la huerta no es posible mediante medidas exclusivamente urbanísticas del PGOU. Es necesario un plan estratégico que revitalice la producción hortícola complementada con otros usos compatibles. Es imprescindible incrementar la producción de bienes y servicios, y aumentar la rentabilidad en términos económicos, sociales y ecológicos. Algunas acertadas iniciativas emprendidas por Ebropolis van en esa dirección, pero quizás se precise de un proyecto de superior alcance y envergadura en el que se involucren cooperativas agroalimentarias, Mercazaragoza, Universidad y Aula Dei, organizaciones sociales (por ejemplo, una organización vinculada a la atención de discapacitados tiene un magnífico proyecto de residencia y finca de producción de agricultura ecológica) y otros muchos agentes.
Es muy importante tener en cuenta las necesidades reales de los potenciales usuarios del espacio y su papel decisivo en la definición y puesta en marcha de las estrategias socio-culturales, económicas y ambientales.
Numerosas actividades científicas y educativas pueden desarrollarse sobre el patrimonio rural periurbano, contribuyendo a su conservación, conocimiento y valoración. En determinados lugares, el espacio rural puede ser compatible con una urbanización integrada con los demás usos, controlada bajo requerimientos estrictos en cuanto a tipología, volúmenes y alturas, y manteniendo viarios filtrantes, arbolado y jardines. En cualquier caso, el resto de funciones del espacio periurbano dependen en gran medida de la vitalidad de los espacios agrícolas inmediatos. Sería justo, por otra parte, que quienes contribuyen con estas funciones a la mejora ambiental de la ciudad, sean compensados por este servicio en la medida de sus prestaciones.


 

Vista aérea de la huerta de las Fuentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario