En el espacio periurbano se encuentra la peor de la ciudad y lo peor del campo
1. Romper la dicotomía excluyente naturaleza-ciudad. La conservación de la naturaleza no puede detenerse a las puertas de la ciudad. Zaragoza dio la espalda al río y lo ha recuperado, del mismo modo la ciudad da la espalda al campo y debe encontrar la forma de reencontrarse con el mismo. En el espacio periurbano se encuentra la peor de la ciudad, todo lo que estorba o no cabe, y lo peor del campo, los yermos a la espera de la urbanización. Nuestro proyecto consiste en convertir esta interfase de degradación, como lo era el Ebro hasta hace dos años, en un lugar de encuentro entre ciudadanos de toda clase y condición con la naturaleza, como lo son ahora las riberas.
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